Hola a tod@s,
Hoy os contaré mi primera experiencia en uno de los Balnearios más conocidos de España.
Hace unos días decidí regalar a mi cuerpo unas cuantas horas de relax entre spas, duchas, saunas y todo ese tipo de cosas que se puede encontrar en lo que se conoce como Balneario o lo que es lo mismo baños medicinales.
Tanto se hablaba del mayor Balneario de España "MARINA D'OR" que me dispuse a comprobar si efectivamente aquel Balneario era lo que vendía su publicidad, una verdadera sensación de placer y relax.
Llegué a la recepción y tuve la suerte de no esperar mucho. El trato de la recepcionista fue bueno, me explicó los precios, lo que necesitaba llevar y lo que supuestamente estaba prohibido...Comprobaréis si seguís leyendo porque digo "supuestamente prohibido".
Hasta ahí todo iba de maravilla.
Llegó la hora en la que tenía reservado mi pase y regresé a la misma recepción aunque, no parecía ya la misma porque apenas se podía entrar de la gente que había.
Conseguí hacerme paso entre la multitud que esperaban ser atendidos por la amable recepcionista, no sé si estaban sacando entradas o sólo deseaban información pero pude buscar un hueco y accedí al torno de entrada de las instalaciones que estaba a escasos centímetros.
Tras aquel torno un par de empleados debían explicarte cómo y dónde podrías cambiarte, dónde dejar tu ropa y que además debían vigilar que se cumplían las normas del recinto. Por la cantidad de gente hacinada a la espera de ser atendida empiezo a pensar que tal vez dos empleados sea un número escaso para atender a toda la gente que accede a las instalaciones y desperdicio parte de mi tiempo hasta que por fin me dan la llave de una taquilla para poder dejar mis pertenencias.
Tras aquel torno un par de empleados debían explicarte cómo y dónde podrías cambiarte, dónde dejar tu ropa y que además debían vigilar que se cumplían las normas del recinto. Por la cantidad de gente hacinada a la espera de ser atendida empiezo a pensar que tal vez dos empleados sea un número escaso para atender a toda la gente que accede a las instalaciones y desperdicio parte de mi tiempo hasta que por fin me dan la llave de una taquilla para poder dejar mis pertenencias.
¡Qué ilusa! |
Al estar prohibido hacer fotos en las instalaciones se ha puesto una foto similar. |
Los cambiadores son una fila de paneles divisorios parecidos a los que se encuentran en los baños públicos de algunas áreas de servicio pero en este caso sin hacer distinción entre sexos (todos juntos) y por supuesto también insuficientes para el aforo del recinto.
Al final de los cambiadores se han ubicado las taquillas igualmente todas juntas y al otro extremo se encuentra un pequeño espacio con secadores de mano y espejos para cuando salgas de las piscinas, con lo que el pasillo se hace apenas intransitable entre la gente que sale del cambiador, la que se cruza para ir a coger o dejar sus pertenencias y los que intentan acceder a los secadores.
Una vez salvados todos estos inconvenientes pienso - ¡Por fin mi merecido descanso!
Paso la siguiente barrera y esta vez encuentro a mi derecha unas duchas masculinas y a mi izquierda las femeninas y de frente una puerta supuestamente solo de salida y a ambos lados montones de zapatillas apiladas de las personas que han accedido al recinto y al estar prohibido el calzado las abandonan allí sin que ningún empleado les obligue a guardarlas en su taquilla.
Prosigo y entro en las duchas femeninas, me ducho e intento acceder a las piscinas pero para mi sorpresa descubro que ahora para acceder a las piscinas debo pasar por debajo de un chorro de agua tipo ducha porque la puerta principal en teoría es solo para salir. Todos estaréis pensando que es normal que se duche uno para acceder al recinto y por supuesto yo también y eso hice en las duchas pero, ¿alguién puede explicarme cómo se accede bajo unos chorros sin mojar la toalla?. Pues ese fue mi siguiente dilema.
Sé que no se podía acceder al recinto con calzado pero la toalla sí, ahora bien, no me explicaron como debía hacerlo sin mojarla, así que me tuve que dirigir hacia la puerta de salida y entrar por ella con mi toalla bajo el brazo.
¡Bien! estamos ya dentro y ahora viene lo mejor.
Las instalaciones principales son amplias, repartidas por tres plantas y seguramente en sus comienzos se podrían considerar de excelente pero, he dicho en sus comienzos y os explico el porqué.
En general en toda la instalación la temperatura es más bien fría si vas en invierno por lo que no es muy confortable el recorrer en bañador y mojado la distancia de una piscina a otra, supongo que en verano esto no ocurrirá.
La piscina considerada como el "Mar Muerto" estaba vacía porque el agua estaba tan gélida que muerta me podría haber quedado si en lugar de dos minutos estoy más tiempo.
En los jacuzzi había que opositar para coger plaza y cuando por fin conseguías un hueco siempre aparecía alguien que llegaba y aunque no cupiese se hacía el despistado y se metía hasta conseguir que el espacio para uno se convirtiera en espacio para dos y podías notar como tu cuerpo se había reducido adoptando la misma postura que mantiene un feto en la barriga de mami, es decir encogido no, lo siguiente. Eso sin olvidarme que casi me quedo sin un pie debido a que le faltaban protecciones a algunas boquillas de succión y varias veces tuve que hacer fuerza para retirar mi planta del pie que quería ser absorbida por aquella instalación.
Aún después de varios intentos fallidos en los jacuzzi me dirigí a los baños de leche, un espacio ínfimo pensado para un aforo menor al que se admite, donde apenas caben unas 5 personas y donde para que te cubra parte del cuerpo tienes que estar completamente tumbado, espacio ideal si la gente no se metiera en manadas aún sin tener espacio y si no te pasaran por encima con tal de conseguir un hueco.
Alguna sauna no funcionaba y lo que me pareció más grave es que en otras que funcionaban a pesar de no ser recomendable la utilización para niños pequeños porque mal utilizada puede tener consecuencias negativas, podías entrar y verles allí sin que ningún empleado les llamara la atención o avisara a sus padres.
Algo que me pareció positivo claro está si se hiciera cumplir, es que para respetar la intimidad de quien acude al Balneario "supuestamente" a relajarse y no quiere ser fotografiado o grabado de incógnito, es que está prohibido pasar móviles pero, sin embargo también pude encontrar una gran cantidad de padres haciendo plácidamente el vídeo de sus hijos disfrutando de los chorros dentro de las instalaciones e igualmente comprobé que ninguno de los pocos empleados que podían verse en la sala les prohibió tal acto.
En cuanto a la piscina de chorros principal, un espacio precioso y con bastantes chorros donde elegir aunque un espacio donde es muy difícil relajarte si cuando estás tu debajo de un chorro de repente te cae encima un niño saltando a bomba o si mientras estás en una cama de burbujas con los ojos cerrados sientes como te cae encima un fruto lanzado desde la piscina de limones o la de pomelo.
Otra cosa que me llamó la atención y otro motivo por el que este Balneario en lugar de relajarte te produce estrés fue el ruido ensordecedor que hay en toda la instalación, nada que ver con la paz que se respira en otros Balnearios, a pesar de existir carteles de "SILENCIO" la gente ni los respeta ni el personal de sala te llama la atención por no cumplir con la norma.
Cansada ya de tanto estrés recibido en tan poco tiempo, decidí retirarme con antelación suficiente al cierre para no encontrarme atascada de nuevo pero, mi intento fue nulo.
Primero intenté ducharme en unas duchas en las que el agua salía más fría que caliente, unas duchas femeninas con intimidad cero donde podían acceder tranquilamente los papás con niñas pequeñas a ducharse porque tal y como había venido ocurriendo durante toda la tarde ningún empleado les prohibía el paso.
Después de conseguir más bien quitarme el agua de las piscinas que ducharme, salí en busca de mi taquilla por aquel pasillo estrecho con más tráfico que en la Castellana de Madrid en un día de lluvia. Tardé en conseguir libre un cambiador y cuando estuve ya vestida de vuelta a esperar un secador libre, así que cuando por fin me vi en la calle realmente fue cuando pude sentir la verdadera relajación y paz que tanto había anhelado encontrar dentro del Balneario.
Por todo lo que pude sentir en esas instalaciones durante esas casi tres horas es por lo que no creo que deba considerarse un Balneario y por supuesto no anunciarse como tal ni cobrar los casi 40€ que vale una entrada de 3 horas.
Es un Balneario estresante tanto por el ruido, por la cantidad masiva de gente, por la escasez de privacidad y de espacio en algunas instalaciones, por el frío que hace en toda la instalación, por la falta de personal y porque instalaciones que debían ser utilizadas sólo por adultos son utilizadas por menores sin ningún control ni prohibición del personal de la sala.
Han querido mezclar un Balneario infantil con el Balneario original y lo que han creado en realidad ha sido un complejo de piscinas con chorros para todas las edades, bajando la calidad del servicio y de las propias instalaciones, por lo que creo que así debieran publicitarlo y como tal debieran cobrar su entrada.
Consejo: Si estáis por allí y lo que buscáis es relajaros... Mejor os quedáis en la puerta, observáis el estrés con el que sale la gente y con los casi 40€ ahorrados os pegáis una buena comida, cena o lo que vosotros queráis que seguro que cualquier opción os va a relajar más.
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