La Agenda 2030 o mejor dicho el mundo perfecto solo para grandes fortunas y políticos.
El engaño al pueblo más grande que existe donde políticos y grandes fortunas quieren convertir al resto del ser humano solo en fieles sirvientes de uso, abuso y disfrute.
Suena duro pero se encamina hacia una obvia realidad.
Nos lanzan frases con enfoque acusador para que dejemos de comer carne, ducharnos diariamente, calentar o enfriar nuestro hogar o simplemente utilizar nuestro vehículo para desplazarnos por motivos laborales o familiares.
El ciudadano a ojos de la Agenda 2030 parece ser el culpable de un mañana desolador cuando en realidad la desolación más grande es la de vivir sin ilusión, meta o esperanza sabiendo que naces para servir de mano de obra y que solo unos pocos elegidos podrán vivir de lujo saboreando los detalles de la vida que a ti te quieren negar.
El cambio climático no es algo nuevo y la Agenda 2030 tampoco.
¿Alguien se ha preguntado que había detrás de aquello?
He de deciros que para mí fue ahí cuando la Agenda 2030 comenzó a rodar.
Como Auditora tuve que empaparme las Normas ISO y realizar varios cursos, los debates sobre el daño al planeta, el cambio climático, el agotamiento de las reservas naturales y un largo etc. que ahora resuena en voces de políticos como si fueran una novedad, ya estaban en nuestra boca por aquellos años.
Como joven e inocente que era comencé aquella andadura pensando en que aquella Certificación de Calidad se había creado para mejorar el mundo, ser más responsable con nuestro consumo y forma de fabricar y contaminar lo menos posible para no dañar un futuro próximo.
¡Pobre inocente! y omitiré lo de tonta aunque lo piense.
Con el tiempo fui descubriendo que más bien todo era un entramado para que nuevos negocios salieran a flote y para que muchos se enriquecieran con las medio verdades o medio mentiras que difundían frente el ciudadano de la calle.
También por aquel entonces el cambio climático era cosa de los aerosoles y recuerdo como muchos de nosotros renunciamos al avance del spray en nuestros desodorantes para volver a uno de bola de los de toda la vida.
En cuanto al gasóleo, el malo malísimo de la película, !pues nada a cambiar nuestras calefacciones y vehículos por eléctricos o por gas natural¡, !Ah¡ no, eso tampoco vale porque también contamina y mucho.
En definitiva que quiero decir con esto, que si nos paramos a pensar desde que apareció en los medios de comunicación la Agenda 2030, nuestras pantallas se han llenado de noticias con doble cara, noticias que pretenden dirigir nuestros movimientos hacía donde ellos necesitan con el único objetico de enriquecerse y no para salvar al mundo como pretender vendernos.
Suben la luz, el gas, los combustibles de los vehículos, la bajan de nuevo pero meten un impuesto, canon o concepto nuevo que nadie entiende y ya está hecha la trampa, te cuesta el triple de lo que pagabas al principio y te has gastado una pasta en renovar tu casa para que cumpla con el ahorro energético y has comprado un coche eléctrico que te dejará tirado si vas con el desde Galicia a Almería pero te venden que eres más feliz porque contaminas menos para que ellos puedan seguir ganando por detrás y contaminando lo que les de la gana.
Y recuerda siempre, no se te ocurra comerte un chuletón porque entonces si que eres "un pecaoor de la pradera, Condemor"
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